miércoles, 3 de abril de 2013


  • Internet se ha convertido en la plataforma de difusión de cortos
  • Los primeros pasos en la industria del cine se dan con los cortometrajes

El cortometraje es una de las producciones cinematográficas que permite mayor libertad de autor, porque es un producto propio. La independencia es libertad para crear. Son creaciones audiovisuales que duran menos de 30 minutos. 
Según Juan Martín Otegui, jefe de Producción y Realizador de La Bombilla FX S.L “el cortometraje en cine es comparable a lo que es un cuento en literatura”.

Si bien una película es semejante a una novela, un corto es similar a una narración corta. Es barato y rápido de hacer, “permite que cualquier persona, ya sea profesional o amateur, pueda realizar una película sin tener en cuenta su presupuesto” dice Víctor Montero, guionista de cine y televisión freelance. En este tipo de producciones destaca más el talento, la destreza y la inteligencia del autor por encima de otras cosas, ya que en menos de 30 minutos tiene que ser capaz de crear una historia y llevarla a cabo hasta su desenlace final. “Además hay que señalar que el nivel del cortometraje español es altísimo” añade Montero. Los temas a tratar son menos comerciales, son tramas en las que el autor tiene una total libertad creativa. Son en este tipo de producciones dónde se puede apreciar el talento de muchos cineastas nóveles. 

Hay muchos jóvenes que dan sus primeros pasos en la industria cinematográfica a través del cortometraje. Antonio Sempere, periodista y crítico de cine afirma que “cada uno de nosotros podemos convertirnos en cortometrajistas debido al gran avance de las tecnologías. Basta con disponer de un teléfono móvil y un ordenador en casa”. El abaratamiento de las nuevas tecnologías digitales y su acercamiento a la producción amateur ha supuesto una revolución en el mundo del cortometraje.

En los cortos abarcan todos los géneros. Los mismos que en las producciones de larga duración. Desde fantasía hasta terror, desde suspense hasta comedia, incluso animación y documentales. Víctor Montero cuenta que “a parte de los géneros ya conocidos, la gente se atreve a experimentar más. Hay trabajos que no se pueden encajar en un género concreto” y añade “cosas así son positivas en el cine y confirman que la crisis del sector nunca se ha debido a una falta de originalidad o de talento”. Para los amantes del cine, los cortos pueden ser la catapulta que te lanza a la gran industria cinematográfica. Pueden ser un buen terreno en el que poder percibir nuevas ideas. Otegui dice “hay muchos directores que comenzaron a producir cortometrajes y recorriendo grandes festivales consiguieron llevarse a casa algún que otro premio. No obstante, otros han tenido éxito y se han posicionado entre los mejores comenzando con un largometraje”. Lo importante para tener una carrera en el mundo del cine “es no perder las ganas y ser constante en el trabajo” explica Montero. 

La opinión que se tiene en el extranjero hacia los cortos españoles, según A.Sempere es “buena, ya que estamos muy presentes en los festivales de cine internacionales”. Según fuentes documentadas “la media de cortometrajes producidos en España es más alta que la del resto de países”

La distribución de este tipo de producción se puede llevar a cabo de dos maneras diferentes: Una es hacerla de manera independiente, siempre y cuando el autor tenga la experiencia suficiente. La otra se realiza a través de agencias de distribución, ya que tienen el conocimiento necesario para hacer que el corto llegue a todos los rincones del mundo. Las ventajas de los cortometrajes son los nuevos estilos narrativos y visuales que están surgiendo. Cualquiera puede contar una historia de 30 segundos grabada con la cámara de su teléfono móvil. Poco a poco se muestran las posibilidades que puede ofrecer un corto a nivel creativo. A esta idea Víctor Montero añade que “además es una herramienta de comunicación sencilla que te puede servir para contar una fábula o publicitar cualquier producto”. Juan Martín Otegui completa esta frase diciendo “un ejemplo de esto es el videoclip, ya que lo podemos considerar un cortometraje musical”. 

Internet ha hecho posible que el mundo entero vea las obras de los cineastas gracias a plataformas como youtube o notodofilmfest (web de concurso de cortos a nivel mundial). A través de esto los autores pueden dar a conocer sus trabajos. Muchos ofrecen oportunidades que van desde conseguir la financiación necesaria para tener la posibilidad de seguir trabajando, como por ejemplo “Work in Progess”, hasta premios con dinero como es el caso del ya mencionado notodofilmfest. Permite al realizador encarar nuevos proyectos, además de la difusión de los cortometrajes. Pero a pesar de los concursos y Festivales de este género (que cada año surgen más), uno de los principales problemas a los que se enfrentan los cortometrajistas es la ausencia de un mercado definido para estas obras. Otegui cree que “la principal ventaja de ganar este tipo de concursos es su distribución y la publicidad que adquiere el corto”.  Aún así, el cortometraje se ha convertido en uno de los formatos que mejor se adapta a Internet. Juan Martín Otegui dice que “Internet es una herramienta muy potente que mantiene al mundo conectado y comunicado. Nos ofrece como ventaja que un material realizado con recursos escasos pueda ser visto de forma gratuita en otras parte del mundo”. Hace muchos años, los cines proyectaban cortometrajes antes de la película que se iba a ver. Ahora esa costumbre se ha perdido en la mayoría de cines. Generalmente un cortometraje termina en la pantalla chica, teniendo la oportunidad de ser proyectado en la pantalla grande sólo en ocasiones de festivales y concursos. Pese a lo que muchos opinen, la llegada de internet ha beneficiado en gran medida tanto a cineastas consagrados como a los independientes. Ofrece oportunidades únicas para enseñar obras y conseguir público. 




Dos maneras diferentes.
En general, los cortos se catalogan atendiendo a dos naturalezas comunes en todos los países: los independientes  y los de escuela. Existen cortometrajes con presupuestos variables. En el caso de los cortos llamados “de escuela”, se suelen subvencionar por las instituciones culturales, teniendo un tope de presupuesto establecido. No obstante, ambos optan a subvenciones, pero para los cortos independientes es más difícil conseguirla.
Según fuentes documentadas, los cortos independientes suelen llevar la firma de “autor”  por buscar otros medios distintos a los que  ofrecen las escuelas o porque buscan otras formas y experiencias para producir sus ideas.
Los cortos de escuela suelen ser proyectos de fin de carrera, proyectos que realiza el alumno para terminar sus estudios cinematográficos. Están producidos por la propia institución y sirven para que un alumno o grupo de estudiantes aplique toda la materia que ha aprendido con anterioridad. Cada escuela tiene sus requerimientos hacia el alumno y su proyecto final. La ESCAC, es la única escuela de cine que ha creado una productora: Escándalo films. Esto es una ventaja para sus alumnos ya que permiten que los más creativos puedan realizar un largometraje. 






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