- Internet se ha convertido en la plataforma de difusión de cortos
- Los primeros pasos en la industria del cine se dan con los cortometrajes
El cortometraje es una de las
producciones cinematográficas que permite mayor libertad de autor, porque es un
producto propio. La independencia es libertad para crear. Son creaciones
audiovisuales que duran menos de 30 minutos.
Según Juan Martín Otegui, jefe de Producción y Realizador de La Bombilla FX S.L “el cortometraje en cine es comparable a lo que es un cuento en literatura”.
Si bien una película es semejante a una novela, un corto es
similar a una narración corta. Es barato y rápido de hacer, “permite que cualquier persona, ya sea
profesional o amateur, pueda realizar una película sin tener en cuenta su
presupuesto” dice Víctor Montero, guionista de cine y televisión freelance.
En este tipo de producciones destaca más el talento, la destreza y la inteligencia
del autor por encima de otras cosas, ya que en menos de 30 minutos tiene que
ser capaz de crear una historia y llevarla a cabo hasta su desenlace final. “Además hay que señalar que el nivel del cortometraje
español es altísimo” añade Montero. Los temas a tratar son menos
comerciales, son tramas en las que el autor tiene una total libertad creativa.
Son en este tipo de producciones dónde se puede apreciar el talento de muchos
cineastas nóveles.
Hay muchos jóvenes que dan sus
primeros pasos en la industria cinematográfica a través del cortometraje.
Antonio Sempere, periodista y crítico de cine afirma que “cada uno de nosotros podemos convertirnos en cortometrajistas debido
al gran avance de las tecnologías. Basta con disponer de un teléfono móvil y un
ordenador en casa”. El abaratamiento de las nuevas tecnologías digitales y
su acercamiento a la producción amateur ha supuesto una revolución en el mundo
del cortometraje.
En los cortos abarcan todos los
géneros. Los mismos que en las producciones de larga duración. Desde fantasía
hasta terror, desde suspense hasta comedia, incluso animación y documentales.
Víctor Montero cuenta que “a parte de los
géneros ya conocidos, la gente se atreve a experimentar más. Hay trabajos que
no se pueden encajar en un género concreto” y añade “cosas así son positivas en el cine y confirman que la crisis del
sector nunca se ha debido a una falta de originalidad o de talento”. Para
los amantes del cine, los cortos pueden ser la catapulta que te lanza a la gran
industria cinematográfica. Pueden ser un buen terreno en el que poder percibir
nuevas ideas. Otegui dice “hay muchos
directores que comenzaron a producir cortometrajes y recorriendo grandes
festivales consiguieron llevarse a casa algún que otro premio. No obstante,
otros han tenido éxito y se han posicionado entre los mejores comenzando con un
largometraje”. Lo importante para tener una carrera en el mundo del cine “es no perder las ganas y ser constante en
el trabajo” explica Montero.
La opinión que se tiene en el
extranjero hacia los cortos españoles, según A.Sempere es “buena, ya que estamos muy presentes en los festivales de cine
internacionales”. Según fuentes documentadas “la media de cortometrajes producidos en España es más alta que la del
resto de países”.
La distribución de este tipo de
producción se puede llevar a cabo de dos maneras diferentes: Una es hacerla de
manera independiente, siempre y cuando el autor tenga la experiencia
suficiente. La otra se realiza a través de agencias de distribución, ya que tienen
el conocimiento necesario para hacer que el corto llegue a todos los rincones
del mundo. Las ventajas de los cortometrajes son los nuevos estilos narrativos
y visuales que están surgiendo. Cualquiera puede contar una historia de 30
segundos grabada con la cámara de su teléfono móvil. Poco a poco se muestran
las posibilidades que puede ofrecer un corto a nivel creativo. A esta idea
Víctor Montero añade que “además es una
herramienta de comunicación sencilla que te puede servir para contar una fábula
o publicitar cualquier producto”. Juan Martín Otegui completa esta frase
diciendo “un ejemplo de esto es el
videoclip, ya que lo podemos considerar un cortometraje musical”.
Internet ha hecho posible que el
mundo entero vea las obras de los cineastas gracias a plataformas como youtube
o notodofilmfest (web de concurso de cortos a nivel mundial). A través de esto
los autores pueden dar a conocer sus trabajos. Muchos ofrecen oportunidades que
van desde conseguir la financiación necesaria para tener la posibilidad de
seguir trabajando, como por ejemplo “Work in Progess”, hasta premios con dinero
como es el caso del ya mencionado notodofilmfest. Permite al realizador encarar
nuevos proyectos, además de la difusión de los cortometrajes. Pero a pesar de los
concursos y Festivales de este género (que cada año surgen más), uno de los
principales problemas a los que se enfrentan los cortometrajistas es la
ausencia de un mercado definido para estas obras. Otegui cree que “la principal ventaja de ganar este tipo
de concursos es su distribución y la publicidad que adquiere el corto”. Aún así, el cortometraje se ha convertido en
uno de los formatos que mejor se adapta a Internet. Juan Martín Otegui dice que
“Internet es una herramienta muy potente
que mantiene al mundo conectado y comunicado. Nos ofrece como ventaja que un
material realizado con recursos escasos pueda ser visto de forma gratuita en
otras parte del mundo”. Hace muchos años, los cines proyectaban
cortometrajes antes de la película que se iba a ver. Ahora esa costumbre se ha
perdido en la mayoría de cines. Generalmente un cortometraje termina en la
pantalla chica, teniendo la oportunidad de ser proyectado en la pantalla grande
sólo en ocasiones de festivales y concursos. Pese a lo que muchos opinen, la
llegada de internet ha beneficiado en gran medida tanto a cineastas consagrados
como a los independientes. Ofrece oportunidades únicas para enseñar obras y
conseguir público.
Dos maneras diferentes.
En general, los cortos se
catalogan atendiendo a dos naturalezas comunes en todos los países: los
independientes y los de escuela. Existen
cortometrajes con presupuestos variables. En el caso de los cortos llamados “de
escuela”, se suelen subvencionar por las instituciones culturales, teniendo un
tope de presupuesto establecido. No obstante, ambos optan a subvenciones, pero
para los cortos independientes es más difícil conseguirla.
Según fuentes documentadas, los
cortos independientes suelen llevar la firma de “autor” por buscar otros medios distintos a los
que ofrecen las escuelas o porque buscan
otras formas y experiencias para producir sus ideas.
Los cortos de escuela suelen ser
proyectos de fin de carrera, proyectos que realiza el alumno para terminar sus
estudios cinematográficos. Están producidos por la propia institución y sirven
para que un alumno o grupo de estudiantes aplique toda la materia que ha
aprendido con anterioridad. Cada escuela tiene sus requerimientos hacia el
alumno y su proyecto final. La ESCAC, es la única escuela de cine que ha creado
una productora: Escándalo films. Esto es una ventaja para sus alumnos ya que permiten
que los más creativos puedan realizar un largometraje.
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